viernes, 18 de septiembre de 2020

MI COMPROMISO

Me comprometo en este fecha tan hermosa como otras -en que vivo plenamente mi séptimo decenio- a ser feliz porque para eso he nacido. Hice anteriormente esta promesa, pero hoy la confirmo con toda la fuerza de los años que he dejado en mis andaduras.

Con la mayor sabiduría, entendimiento y humildad posibles he procurado que los demás sean también felices, respetando el paso y las emociones de cada uno. Ojalá que algunos me consideren su amigo, estén lejos o cerca, estén cansados o sanos, esperanzados o no. La amistad, tal como el amor, que se construye poco a poco con alegrías y renuncias, sea reconocida como un don muy preciado en estos años de algunos cambios.
Es bueno seguir hilando la rueca en la jornada, guardando la sal sin derroches y considerando al dinero tu riqueza ganada por tus horas de labranza más que por las cosas que con él puedes adquirir.




No restaré nada, tal como las entradas que aparecen en mi blog, fruto de mi sencillo trabajo de pensar pero, mejor, fruto del afecto hacia ustedes. La palabra hace prodigios en los escritos de los humanos y ha construído nuestro modo de vivir,  eligiendo nuestros caminos, en fin, acompañándonos, aunque nos mantengamos en nuestros hogares para hacer familia con amor y cuidándonos en estos tiempos de pandemia, sabiendo que hay otros virus que pueden habitar nuestro interior asintomático. La única tarea que puedo sugerir es pensar y crear despacio pero no por un mundo mejor, con más automóviles, supermercados, periódicos, televisores, colegios, universidades, aeropuertos, etc. sino para un mundo nuevo, un planeta nuevo con gente nueva que reparte su alegría, su riqueza, su igualdad, su bondad. Porque el encierro de esta pandemia nos hizo meditar que no podemos seguir siendo una sociedad con buenas razones para vivir pero mediocre e injusta. Es probable que no alcancemos a ver y gozar los cambios que son necesarios. No importa, los nietos de nuestros nietos podrán reconocer que hicimos lo posible porque recibieran un mundo de hermanos por primera vez en la historia.  
Mientras tanto aquí, en cuarentena por cinco o seis meses, pensaré de verdad en ustedes, recordando sus nombres cuando este día 22 de setiembre celebre mi cumpleaños setenta y ocho junto a Lucía, en paz, agradecidos porque hemos recibido mucho. Un abrazo a cada una, a cada uno. Muchas gracias.

Vicente Corrotea
Fotografía tomada de Google