lunes, 25 de marzo de 2019

NO ESTOY PARA ESO


Me entristece que tantas familias no comparten como antes
sus recetas, sus eventos y sus cuitas,
y se ven separadas como islas de muelles brumosos.
Me atormenta que los jóvenes
disputen el asiento con los mayores y minusválidos en el Metro.
¿Acaso la cortesía no nos fue enseñada cuando niños
como una regla que se debe guardar inquebrantablemente?
¿O también es relativo para algunos como se cumplen las leyes?
¿Qué diría don Moisés si pudiera aparecer?


Pero -hablando bien las cosas- los mayores también la llevamos
cuando nos ponemos a hablar de los tiempos aquellos,
y que por supuesto para algunos qué hermoso fue todo,
o cuando contamos con nuestro lenguaje 
el mismo par de historias
que ya conocen de memoria
los nietos y sus amigos.
Creo que es una obligación nuestra
transitar con ideas recientes,
hablar de teatro y de escritores nuevos,
del último paseo al que fuimos
del que terminé por la noche riéndome de tantas bromas.

O sea, estamos perdiendo la magia de continuar aprendiendo,
de mirar, de leer, de gozar, de reír, de luchar y creer,
pretendiendo que nuestros años "ya no están para eso".
¿Qué será "no estar para eso"?
¿Nos sentimos heridos en este campo de batalla de la vida
y buscamos que nos devuelvan a casa como veteranos de guerra?
¿Será, tal vez, guardar la botella de vino cuando vengan otros amigos
y no compartirla con los que ahora han llegado a vernos?



Apreciada amiga,
Apreciado amigo:
Es probable que haya sido atrevido en esta entrada pero lejos ha sido mi intención de serlo.
Termino diciendo que busquemos llevar una vida tranquila y seguir construyéndola sin correr al Metro, sin desgañitarse en el banco o en el supermercado porque están llenos; No nos hace bien. Busquemos otro día u otro horario temprano. 
Preocupémonos  ciertamente de lo que pasa a nuestro lado: de los natalicios y de los nuevos padres, de los enfermos, de los escolares. Y también de tu corte de cabello, de los colores afines en tu ropa de vestir pues nos obliga ese poquito de vanidad para los demás.

Vicente Corrotea


miércoles, 13 de marzo de 2019

NUESTRO ANIVERSARIO


Me elevo
desde tus pies,
testigos de nortes y odiseas,
buscando con mi lengua y mi alfanje
el feliz destino
en tu ánfora rosada
entre dos pilares
protegida,
sin conjuros ni dioses,
solo con unos versos 
que rememoro
en silencio.

Confiesas
que el céfiro constante
y la ventisca
han menguado
algunas hojas
de este verano.
No eres roca impasible
castigada por el oleaje sin fin, digo,
sino carne y fruto derramados
en el paso de cada jornada.

Tendidos bajo la noche de inmenso misterio
recorremos sin palabras el pasado, 
historias pausadas
a veces cargada de aventuras y esperas, 
buscando la lluvia atrevida
más que a la luna tranquila.
Con nuestras emociones vibrando
vuelvo a estacionarme en tu huerto escondido
sintiendo cómo asciende la noche
en su reguero de estrellas,
acogiendo la madrugada
mi renovada existencia.

Vicente Corrotea A.
Imagen tomada de Google


En un día 13 de marzo hace 43 años Lucía Eliana y yo celebramos nuestro matrimonio, un día soleado como ahora. Era un tiempo radiante, lleno de ideas, proyectos y emociones. 
Tenemos todo lo que necesitamos. Es probable que mi única ambición sea dejar mi trabajo que merece de ciertas obligaciones y dedicarme a otras más personales y gratas. Pero su remuneración es todavía muy útil para nuestro presupuesto. 
En fin, me he detenido acá porque les guardo el cariño que se desarrolla con la comunicación sincera, la misma que me hace compartir este momento con ustedes.
Vicente.