miércoles, 10 de febrero de 2021

EL AVION

 Hace unas semanas me sentí atacado por una avión aunque no sabía si tenía intención de dañarme o no. Pasó rosando una oreja. Bueno, sí, estoy exagerando. La verdad es que estábamos en la etapa uno de nuestro encierro por la pandemia que respetamos rigurosamente y, de acuerdo con mi señora, salí de compras. La tarde estaba tranquila y de pocos peatones. Sentí por mis piernas lo mismo que cuando niño, una especie de cosquilleo que me impulsaba a realizar algo en la calle, en este caso recoger el avión de papel. Fue entonces que recordé la enseñanza de mi madre a no recoger ningún papel tirado en el suelo, pero también tuve un grato recuerdo de haber sido feliz jugando a los aviones de papel que volaban cada vez más lejos a un escurridizo aeropuerto. Me detuve un rato para mirar hacia los edificios y hacia el cielo del atardecer, pero no se avizoraba ningún hangar de donde hubiese partido el avión, y lo recogí del suelo. En su vientre marcado por la geometría del pliegue del papel se podía ver una letra S que podría ser un mensaje y lo era. Decía "Soy Mario. Llámame al +56 9... Lo primero que pensé en que era una broma. Mientras regresaba iba tratando, sin embargo, de saber cómo sería Mario. Lo primero que se ocurrió es que era un solitario en busca de compañía y tal vez de compasión, tendría una buena licorera y preparaba buenos emparedados. También podría ser una persona no confiable hasta peligrosa. Al final apuré el paso para conversar con mi mujer sobre el asunto.



"Parece que te encontraste con un amigo" me dijo al llegar. "No todavía" fue mi respuesta. Le conté mi pequeña historia. "Tú eres de buen trato y sabrás reconocer de quien se trata escuchándolo", lo que encontré razonable y lo llamé. "Mario, encontré tu número telefónico en un papel volador" Nos saludamos y expusimos algo de nuestras identidades. Aclaró que estaba algo avergonzado por la ocurrencia pero que el encierro lo había motivado. Nos dijimos a qué nos dedicábamos, nos dimos nuestras direcciones y fijamos una fecha para visitarnos. 

Llegué a su departamento con un libro de regalo. Era un lugar acogedor, muy cómodo y lucía tener todo lo necesario y no más. Ellos eran Mario y esposa y dos hijos jóvenes, ella y él. Fue una cena muy agradable y compartida. Evitamos algunos temas en la conversación pero de nuestras razones expuestas asomaba la ubicación de nuestras ideas. Se rio aseverando de que nunca había tenido la idea de lanzar un avión de papel al aire y menos con una invitación. Al cabo de una hora ya nos sentíamos amigos de confianza y decoro. Nos paramos para mi retiro afirmando que había entrado aire fresco a su casa por lo que se sentía muy contento. 

Nos escuchamos seguido por teléfono. Para dentro de dos semanas quedó propuesto el segundo encuentro en nuestra casa. 

Vicente Corrotea


15 comentarios:

  1. Algunas situaciones nos retrotraen a la infancia, como esta en particular del avioncito de papel. Los niños en su espontaneidad hacen amistad fácilmente. Los miedos( cuando los tienen ) provienen de los impuestos por los adultos, o sea, de nuestros propios miedos o situaciones no resueltas que les trasladamos gentilmente.Aunque suceden a diario muchas cosas terribles en el mundo me gusta creer en la gente, que la hay y muy buena, con la que se puede dialogar y compartir desde el respeto, y esta anécdota es un bello ejemplo. Preciosa entrada. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces, Eli, me he querido olvidar el pasado en mi niñez pero el niño que llevo adentro aparece jugando cuando estoy más tranquilo.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. La pandemia y el confinamiento aviva el ingenio para comunicarse y la palabra de moda: "socializar"

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El confinamiento total de 6 o 7 meses nos obligó a realizar buenos cambios con buenas ideas.
      Abrazos.

      Eliminar
  3. Muy buena tu entrada Vicente, en estos días hay mucha gente que se encuentra como Mario.

    Saluditos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que sí, Conchi. Este jueves pasamos a la etapa 3 por acá en Santiago y lo hemos tomado como un regalo.
      Abrazos.

      Eliminar
  4. Una grata experiencia... a la que había que atreverse!

    Abrazos Vicente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La vida nos propone algunos riesgos; Hay que atravesarlos.
      Gracias, Ernesto.

      Eliminar
  5. Interesante
    lo importante es que nació una amistad que de alguna manera hará más llevadero esta nueva realidad.

    Estés bien!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tengo la edad -78- en que los queridos y buenos amigos se van, y estas situaciones nos prodigan nuevos amigos. En todo caso, el "listado" de los grandes amigos tiene muchos años.
      Abrazos.

      Eliminar
  6. Los regalos de la vida vienen en ocasiones volando...en papel de avión.
    Desenvolver el regalo y disfrutarlo ya depende de nosotros.
    Bonita experiencia Vicente.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así es. La vida nos da momentos innumerables para discernir sobre ese regalo pequeño o importante. Tal vez sea un don o un esfuerzo pero, creo, se está perdiendo.
      Cuídate.

      Eliminar
  7. Ea un regalo narrar pasajes de la niñez. Nos hace mantenernos tiernos y amorosos, sin amargura.
    Te cuento, amigo. Hace un mes cerré mi blog. Pero si me admites, seguiré viniendo a visitarte.
    Un fuerte abrazo mexicano.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nos dejas. Agradezco que me lo digas personalmente.
      Cerrar tu blog es importante y, naturalmente, una decisión personal. No cabe duda. Sabiendo que lo haces por tu bien no tengo mas que aceptarlo pero me duele.
      No te admito que me visites sino lo exijo. No, no. Quiero decirte que estaría encantado de tener noticias tuya de vez en cuando, invitándote a que hagas críticas a lo bueno y también a lo desacertado que puedo ser en alguna publicación.
      Te mando un abrazo de 30° (temperatura de estos días de verano) desde Santiago de Chile. Hasta pronto.

      Eliminar
  8. Me curé del VIH con el uso de hierbas naturales que ordené a través de la tienda Dr Itua Herb https://drituaherbalcenter.com/shop/. Amo tanto la Medicina Tradicional. La mayoría de las veces, las inyecciones y las drogas son solo una pérdida de tiempo y dinero. Me curé hace 3 semanas, sufrí de VIH durante 5 años, pero con la ayuda de la medicina herbal del Dr. Itua, me curé a las tres semanas de beber las hierbas que me envió a través del servicio de mensajería. Este mismo hombre también curó a mi tía de herpes, tan pronto como supe que tenía herpes, la refirí al médico y se curó después de tomar sus hierbas. He referido a más de 18 personas y todas se curaron de sus diversas enfermedades. . ¿Has tomado hierbas antes?. Ha gastado tanto dinero en medicamentos, inyecciones, cirugías, etc. y, sin embargo, no tiene un buen resultado para demostrarlo. Este señor es un herbolario, te aseguro de cura si bebes sus hierbas naturales. Tiene hierbas que curan el VIH, el herpes, la diabetes, el asma, la hepatitis, etc. Comuníquese con el Dr. Itua por correo electrónico: drituaherbalcenter@gmail.com.

    ResponderEliminar

Agradezco sinceramente tu comentario.