No quiero ser un tipo conformista, que arriesga muy poco, que ríe porque no ríe, que cuenta contento el dinero que ahorró porque no aceptó salir a comer unos tacos con los amigos.
No quiero tener ese espíritu religioso de algunos que evitan mirar la belleza femenina porque creen estar cometiendo alguna falta contra algún designio que lo prohíbe y que induce a la infidelidad.
No quiero ser soldado en tiempo de paz (¿de qué paz?) que se levanta diez para las cinco y se cuadra a los pies de la cama, justo antes de ducharse con agua fría.
No quiero ser como aquellos que sostienen que es mejor estar en el medio equilibrado, decente, de corbata obligatoria y camisa bien planchada, antes que ser de izquierdas apasionadas o de derechas quietas.
No quiero ser el que se ubique al comienzo de la romería al cementerio cuando no visitó al amigo en su larga enfermedad y, por lo mismo, no conversó de la Francisca, su enamorada.
No quiero levantarme cada mañana sin alcanzar a comer mi ensalada de frutas, correr desperdiciando la vida y su grandeza, para esconderme del sol todo el día en una oficina sin sorpresas.
No quiero volver a casa, en la tarde, acariciando las mismas cicatrices de siempre que no se borran con áloe vera o matico ni libritos de auto ayuda.
No, no quiero ser quien olvide sus sueños y proyectos, y sólo quiera sentarse en el banco de la plaza para tirar migas a las palomas, apenado de que la vida pudo darle más.
Sé que a esta edad la vida se va poniendo ardua pero así y todo cuántas cosas lindas se mantienen o voy descubriendo: unos brazos que me abrazan, unas alegrías esparcidas por los caminos, la flor que amaneció en mi jardín, alguna oración de gratitud a ese Dios que a veces siento se desvanece y otras que se acerca.
Vicente Corrotea
No quiero tener ese espíritu religioso de algunos que evitan mirar la belleza femenina porque creen estar cometiendo alguna falta contra algún designio que lo prohíbe y que induce a la infidelidad.
No quiero ser soldado en tiempo de paz (¿de qué paz?) que se levanta diez para las cinco y se cuadra a los pies de la cama, justo antes de ducharse con agua fría.
No quiero ser como aquellos que sostienen que es mejor estar en el medio equilibrado, decente, de corbata obligatoria y camisa bien planchada, antes que ser de izquierdas apasionadas o de derechas quietas.
No quiero ser el que se ubique al comienzo de la romería al cementerio cuando no visitó al amigo en su larga enfermedad y, por lo mismo, no conversó de la Francisca, su enamorada.
No quiero levantarme cada mañana sin alcanzar a comer mi ensalada de frutas, correr desperdiciando la vida y su grandeza, para esconderme del sol todo el día en una oficina sin sorpresas.
No quiero volver a casa, en la tarde, acariciando las mismas cicatrices de siempre que no se borran con áloe vera o matico ni libritos de auto ayuda.
No, no quiero ser quien olvide sus sueños y proyectos, y sólo quiera sentarse en el banco de la plaza para tirar migas a las palomas, apenado de que la vida pudo darle más.
Sé que a esta edad la vida se va poniendo ardua pero así y todo cuántas cosas lindas se mantienen o voy descubriendo: unos brazos que me abrazan, unas alegrías esparcidas por los caminos, la flor que amaneció en mi jardín, alguna oración de gratitud a ese Dios que a veces siento se desvanece y otras que se acerca.
Vicente Corrotea
Un gran placer leer tus versos llenos de belleza y confesiones, hasta dejar desnudos los verdaderos motivos para estar felices y que son tan simples.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Sarita: La gente busca la felicidad allá y más allá pero está cerca de nosotros, diría que en nosotros, lo que no puede ser de otra manera.
EliminarAbrazos.
Sos tan genial cuando decis las cosas..y es tan cierto...
Eliminarla gente busca afuera lo que nunca encontrará ...
La felicidad te la da lamer un helado de vainilla jajajaja
La feicidad la creás solito y dentro tuyo
Un abrazo grande
Estas en FB ?
EliminarDe cuántas cosas deberíamos dejar de ser
ResponderEliminaren este mundo que nos atrapa a su cerviz, aunque más de las veces pataleamos
al menos nos queda el derecho a rezongar , pero como bien dices
esa capacidad de asombro nunca debemos perder
de gustarnos de las cosas simples y no tanto
así vamos desestructurando la mente y abriendo mejores espacios al corazón
Gusto saber de ti.
Magdeli, bien lo dices. Con otras palabras cargamos nuestra mochila con deseos, recuerdos y vanos ritos que están demás, haciendo más lento el caminar, y así logramos que los espacios para amar se nos vayan reduciendo, lo que debemos evitar.
EliminarUn gran abrazo.
Concuerdo contigo, vicente, y suscribo todo lo que he leído en tu estupenda entrada... asì debe ser.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Rafael Humberto. Y si alguna vez tienes que hacerme alguna crítica no trepides en hacerla. Para eso son los amigos y las amigas.
EliminarUn abrazo a ti y a tu música.
Hay Vicente sos un gran hombre
ResponderEliminarcon un alma limpia que le canta una milonga a la vida sin pedirle nada Tenés alas podés volar como yo... bajito cerca del suelo ...y te sentís libre como yo.... libre de alma y cuerpo... mil abrazos con algunos besos .....
Por cierto no puedo volar como tú aunque sea bajito. Pero tus palabras me han dejado en gran altura tanto que me han hecho recordar ese tango: "Tú, con la magia de tu amor y tu bondad. Tú, me enseñaste a sonreír y a perdonar". Es bello y uno de mis preferidos... como tú.
EliminarHasta pronto.
Tus visitas me encantan.....
ResponderEliminarY yo espero las tuyas.
EliminarMe llegas tan adentro sera porque escribimos parecido no ponemos desnudos decimos lo que somos nos chiflamos a veces y otras
ResponderEliminarse nos ocurren locuras como cuando teníamos 15. Ahora se me ha dado por sentir sin que me toquen jajajajaja no te rias aunque veo que ya te estas riendo
¡Impecable filosofía, Vicente!
ResponderEliminarAunque se nos haga difícil, a veces, aplicar algunos puntos de ella.
Optimismo y vida a raudales en tus versos,Vicente.Me los aplico y los comparto totalmente,no hay que rendirse nunca.Mirar atrás,aunque sea inevitable a veces,no debe de ser nunca una forma de vida.
ResponderEliminarUn placer pasar por tu casa literaria.
Abrazos
Abrir el corazón a la lucha diaria , me ha gustado volver a rellerte
ResponderEliminarcada párrafo contiene una idea que bien merece ser reflexionada
estés bien!