Creo que la felicidad no es lo que se anuncia en propagandas
y, a veces, apenas es clandestina,
actúa sin protocolos acordados
por lo que ningún dios,
ninguna institución religiosa ni gubernamental,
ni farmacéutica, ninguna filosofía oriental ni occidental,
ningún establecimiento bancario ni siendo dueño de alguno,
me garantizan la felicidad que declaran administrar.
Tal vez pudiera sentirla en mi alma
apretando mi cuerpo con su cuerpo alguna noche
después de ser peregrino de mis anhelos
habiendo vivido a fondo la jornada
compartiendo mi aceite y la porción de luz atesorada
no importando si merezco este sayal
o espero una tela de príncipe,
ni siquiera cuando la vida me la ha regalado
en instantes o en tiempos más extendidos
no creo en la felicidad garantizada
acá ni en otra vida posible.
Vicente Corrotea A.
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ResponderEliminarEs difícil en verdad calificar la felicidad plena, Vicente. Efectivamente nada la garantiza, pero tiene su hitos en lo esbozado por ti.
ResponderEliminarLa felicidad es como un ave furtivo...
ResponderEliminarSaludos
Concuerdo contigo, Vicente, la felicidad va y viene... es un instante de cada día.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me has fascinado abrazo
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ResponderEliminarConcuerdo un poco, pero la felicidad es constante, siento que aparece en pequeños detalles cada día. En mi caso soy feliz cada que mi hijo sonríe o me mira con esa inocencia que solo un bebé tiene. Saludos y abrazos!!
ResponderEliminarHola Vicente! Aquí estoy de nuevo tras mi año de ausencia. Para mi la felicidad total o garantizado no existe, depende de los momentos que vivamos.
ResponderEliminarUn abrazo.