Soy de los tiempos
cuando era fácil asombrarse
del viento inesperado
que tocaba cada puerta
y nadie se sentía amedrentado.
De lejos mi madre veía mi regreso
y de lejos saltaba dentro el corazón
y los libros a mi espalda.
Ah, los libros,
esos que se leían lentamente
hasta que el sol se despedía
y escribía el último verso
antes que la noche se impusiera.
Soy de los tiempos
cuando la paz caminaba por las calles
y los vecinos
se saludaban por sus nombres
y la última lluvia convertía los oscuros rincones
en hongos de silente existencia.
También amo estos tiempos
que la vida nos obsequia,
aunque el planeta gire vertiginoso los días
y a veces pasemos de largo
la preocupación de un vecino
manteniendo la sonrisa en la vieja máscara,
siendo fantasmas en la estación del Metro.
Si me siento solo y cansado
llamo a los recuerdos luminosos de antaño
cuando vivir era sencillo
y el paisaje una acuarela limpia y simple.
Así logro hacer festivo mi trayecto
y mi vida mejor compartida.
Vicente Corrotea
He pasado de largo varias semanas trabajando todo el día y todos los días. No puedo negar que les he echado de menos. Un saludo a todas y todos.
ResponderEliminarHola Vicente, parece que algunos nos hemos puesto de acuerdo en dejar descansar el blog un tiempo, veo que no soy la única. Pero escribir por escribir, cuando nada sale espontáneamente tampoco es bueno. Pues has vuelto con un bonito poema y me alegro de haber pasado por aquí. Un abrazo.
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