Hoy cumplimos 40 años viviendo juntos.
14.610 días de conocerse, adaptarse, consentirse, plantar para cosechar frutos madurados y algunos secos. Todo para hacer feliz a quien ha soñado ser feliz conmigo, aunque no tenga definido qué es la dicha ni tenga todo lo que he deseado ni pueda ir donde he soñado. Pero soy afortunado cada vez cuando vuelvo a nuestra casa construida con miles de palabras y silencios, de afectos quedos o irreprimibles y, alguna vez, de ásperos ladrillos alisados con el tiempo.
Soy feliz de que menos cosas superfluas llevo en mi morral y de saber amar lo que tengo y que suelo compartir. Soy feliz y mejor con Lucía, porque hasta los inviernos y el sufrimiento, la luz y los hojas nuevas tienen sentido con ella. Mañana temprano me levantaré ansioso -no agobiado- de trabajar lo que va quedando pendiente por hacer. Definitivamente, puedo decir que sólo son 40 años.
14.610 días de conocerse, adaptarse, consentirse, plantar para cosechar frutos madurados y algunos secos. Todo para hacer feliz a quien ha soñado ser feliz conmigo, aunque no tenga definido qué es la dicha ni tenga todo lo que he deseado ni pueda ir donde he soñado. Pero soy afortunado cada vez cuando vuelvo a nuestra casa construida con miles de palabras y silencios, de afectos quedos o irreprimibles y, alguna vez, de ásperos ladrillos alisados con el tiempo.
Soy feliz de que menos cosas superfluas llevo en mi morral y de saber amar lo que tengo y que suelo compartir. Soy feliz y mejor con Lucía, porque hasta los inviernos y el sufrimiento, la luz y los hojas nuevas tienen sentido con ella. Mañana temprano me levantaré ansioso -no agobiado- de trabajar lo que va quedando pendiente por hacer. Definitivamente, puedo decir que sólo son 40 años.