¿Qué te pasa, amigo? ¿Ya no llevas el ritmo de antes?
¿Te interesan menos las fiestas y no compartes con los amigos platicando de los otros, de los que siguen casados,
de los que tomaron otro camino, del que anda de viaje por ahí, de la que canta en su iglesia y se pregunta porqué no lo hizo antes? Algunos ya no están. Eso pasa en la edad que llevamos y nos ponemos triste. ¿Abrazaste a su esposa que te recibía orgullosa porque eras el mejor amigo de su marido y le visitabas contento después del partido? ¿Fuiste a despedirlo al camposanto?
¡Por favor, no le eches la culpa a los años que hemos vividos! ¡Hemos firmado un contrato con la vida!. Cierto, estos son más años pero también otros años. Miramos y palpamos de otra manera, podemos decir cosas que antes no nos atrevíamos. ¿Acaso no sabes porqué te prefiere tu nieto ni de dónde sacas las historias que le cuentas? ¿Tampoco acompañas a tu esposa a cerrar los ojos para recordar ese tiempo de novios que se ha ido como el color de las viejas fotografías que se visten en ese tono sepia de penas gastadas?.
¡Vamos! Dime de una vez: ¿Qué nos pasa, amigo?
Te das excusas para no probar las empanadas de queso ni las sopaipillas. El otro día no comiste del asado familiar.
Claro que hay que cuidarse. El problema, camarada, es que buscas razones para vivir con un dejo de tristeza y te sientes culposo porque los años no te dieron la cuota suficiente -tú lo crees- de felicidad o de mayor acopio de comodidades hogareñas, sin tiempo para descansar, leer y escribir. ¡No nos damos tiempo para reír a carcajadas ni echar al carajo eso que creímos sagrado! Si hay Dios quiere que seamos también -mujeres y hombres- mayores por dentro y fuera; Que no le tengamos miedo a la muerte ni mucho menos a la vida.
Oye, también tú, amiga: ¡Tenemos que volver a gozar de nuevo! ¿Dónde quedó la magia del abrazo o del consejo que nos dabas mirándonos a los ojos?. ¿Recuerdas cómo bailabas? Nunca te extralimitarte pero nos moríamos de la risa con tus improvisaciones, con tu manera de apreciar la vida y los amigos. ¿Ahora, te ríes o lloras emocionada al saber que tus hijos trabajan lejos y que a tus nietos sólo los ves creciendo a través de tu ordenador?
¡Vamos, amigos! El tiempo vital es de un sólo un día; Ayer y mañana no existen. Sólo existe hoy para gozarlo. Lo sé: lo dice todo el mundo, pero no se desentiendan.
Amiga, amigo, hagamos un trato: Creamos de verdad que se puede asentar las bases de relaciones para hacer un mundo mejor; Lo que hace falta es coraje y decisión y lo podemos obtener pues tenemos sabiduría y buen humor. ¿O no? De a poco. Empecemos botando al papelero ese listado donde hemos incluído a los vecinos pesados. No existe. Ojalá saludemos a todos y todas en nuestro barrio. En mi país los niños y jóvenes, sin los prejuicios que tenemos, tratan de tío (que no es tipo o individuo) a los amigos de sus padres, como incorporándonos a su grupo familiar.
Ernesto Sábato
La Resistencia
http://haciaunavejezdigna.blogspot.cl
Este blog expone en forma científica
el tema de mi entrada.
Este blog expone en forma científica
el tema de mi entrada.
Autor: Vicente Corrotea
Tienes razón en ese mirar de la vida
ResponderEliminares que no se puede hablar de otra manera , más si se conoce a quienes va dirigido estas palabras...
Abrumarse no sirve de nada ,aunque no faltan motivos para estarlo , dependiendo de donde estés y las tragedias que debes soportar , a veces se cree que por tener mas edad se está más firme en las embestidas de la vida, otras no es así, cuando surgen esas tragedias un mundo se desmorona y quizás es porque perder lo suyo, ya no se está en disposición de volver a empezar con el brío de la juventud , ...es un ejemplo,
pero una verdad que he visto en un pueblo que debió salir de sus raíces y volver a empezar, algunos o muchos no resistieron , lo peor que surge y hay que atacar es la depresión a esa edad avanzada...un dilema de este tiempo, pero que puede estar pasando y por ello se quedan sin ánimo para nada...
Hay que indagar mas en el trasfondo de ese desánimo.
Ojalá sea todo pasajero y juntos ustedes vuelvan a festejar la vida cada día.
Por cierto la edad mayor es tan importante como las anteriores, porque todos somos o seremos añosos, y todos sufriremos crisis, enfermedades y desgastes. Pereciera que los mayores tenemos más probabilidades de vernos en desventajas, tanto porque el camino de hace más lento, tanto porque dejamos de compartir algunos trabajos o la risa o el sentir cercanos a los amigos. La vida es difícil en todas las edades pero siempre podemos cosechar paz, cariño, compañía si antes hemos sembrado con aptitud positiva.
EliminarAbrazos y que tengas un mes muy florido.
Hola Vicente, me ha encantado tu entrada, pues estoy de acuerdo con esa pensar y manera de afrontar la vida cuando nos hacemos mayores.
ResponderEliminarUn abrazo y se feliz.
Antes de este blog he creado otros, pero he dejado de mantenerlos dedicándome sólo a Andaduras Mayores, y dirigido especialmente a mayores como nosotros. Ese es mi modesto aporte y siento mucho cariño de realizarlo.
EliminarA pesar de todo soy feliz.
Muy bien dicho, Vicente. En todo caso, a nuestras edades, tratamos con mi esposa de no dejarnos arrastrar por el pesimismo.Creo hasta ahora haberlo conseguido.Y con empanadas de queso incluidas.¡Mientras se pueda!
ResponderEliminarLo de las empanadas de queso (casi me río) es porque mi nutricionista me dió un "nunca más a los quesos amarillos" por mi colesterol de más de 300. Pero las excepciones son muy ricas.
Eliminar¡Vamos Chile, que se puede!
Hola Vicente.
ResponderEliminarGracias por tu visita y gracias por la inyección de optimismo que nos dejás.
Es cierto hay que aprender a vivir el presente con alegría y compartir lo que nos hace feliz.
Cariños.
Asimismo tu blog alumbra con tu espíritu positivo a los que pasan, leen y comentan. Es que no tenemos alternativa: O nos quedamos en nuestro cuarto pensando en lo que ha quedado pendiente, o después de abrazar a los cercanos salimos a la calle aunque sea a caminar. A lo mejor, alguien nos espera en la plaza.
EliminarAbrazos.
Amigo Vicente, con una referencia de Ernesto Sábato juegas con ventaja sin duda. Estoy de acuerdo contigo, con Ernesto Sábato y con cualquiera que hable de gozar como valor en la vida. Un abrazo
ResponderEliminarEn mi infancia, cuando a los padres les costaba pensar qué harían los hijos siendo profesionales o no, mi madre me dejó un testamento que nunca he desdeñado: "Cuando barras o hagas un puente siempre hazlo bien", y Sábato habla del gozo de hacer algo bien hecho. Y me emociono.
EliminarGracias por tu visita, amigo Antonio.