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lunes, 4 de febrero de 2019

¿AMIGOS?

Los vi en la avenida cercana a mi casa. Los he visto mil veces repartidos en muchos sitios cargando su hambre trasnochada y su corazón apretado de sumisión o de rabia reprimida. Por sus ojos descubro el maldito designio de seguir creyendo en las manos de hombres y mujeres que a ellos o a sus padres los dejaron abandonados en la calle, sobreviviendo a bocinazos, frenadas e insultos. Nadie sabe cuántos son atropellados esperando que otro automóvil le otorgue el golpe de gracia.

Eran orgullosos de su familia, en esa patria vasta en llanos y praderas. ¿Cómo hicieron pacto de obediencia con el humano utilitarista? ¿Cómo se fueron convirtiendo de lobos libres en sumisos perros sin territorio? Nunca intuyeron en una traición cuando, poco a poco, fueron abandonando sus frescas llanuras por estas plataformas ahora de cemento.



Para muchas almas sencillas y mayores que esperan aún un cambio en sus vidas, puede ser ésta la ocasión, pues los perros vagabundos esperan cuidar y amar a una familia que los acoja. Mientras tanto, anhelan la suerte de un trozo alimenticio entre sus dientes de escasa labor o, por lo menos, disfrutar de una caricia de esas que se resisten a olvidar.

Vicente Corrotea
Foto tomada de Google

martes, 26 de enero de 2016

YO CAMBIO, TU CAMBIAS, TODO CAMBIA.


Quisiera compartir algunas ideas sobre un tema que suele aparecer en algunas publicaciones. Me refiero a los cambios, esos que pasan por nosotros y nos asustan e incomodan. -"¿Te fijas como está el marido de la Marta? ¡Qué cambiado está!"-. Claro, cambiamos y nos ven cambiado. Eso en el aspecto exterior, en nuestro cuerpo. También sentimos que hemos modificado algunas costumbres y sentimientos a medida que han pasados los años. Tenemos otras emociones y hasta somos más tolerantes con las lágrimas y dejamos que ellas empañen nuestros ojos. Siempre cambiamos naturalmente; crecer es cambiar. Desde el big bang, el universo es un continuo movimiento sin cesar, con una armonía grandiosa... tal como nuestro cuerpo, verdadero universo que desarrolla la vida en completo orden. Los que somos más mayores nos sobreviene el temido desgaste y sentimos dolores. Puedes hacer que te quiten el dolor, que es algo indeseado. Sin embargo también el dolor es positivo en nosotros y en los animales ya que puede avisarnos dónde ha ocurrido un accidente pequeño o grande o te previene de una enfermedad para ser curada. Se dice que debemos aprender a escuchar y conversar con nuestro cuerpo.

Hemos llegado a la etapa de la vida en que nos consideran y nos consideramos como adultos mayores. Esta bien. Nos dan el asiento en el metro, en el mejor de los casos, en la salud pública o privada nos atienden especialmente, hay programas de prevención, de entretenimiento con bailes y ejercicios especiales, acorde con el cuidado de nuestra salud física y mental. Sin embargo, a pesar de lo dicho, estamos, unos más que otros, muy susceptibles de lo que nos podría suceder en un futuro cercano. Nos preocupan las enfermedades que tenemos y las que puedan aparecer tanto porque las sufrimos como que algunas son de alto costo. Incluso tengo amigos que se sienten agobiado por la muerte y por lo que ella deparará. Muchos sufrimos esas molestias como dolores en la región lumbar, nuestro carácter se pone malhumorado, la fuerza se ha ido perdiendo, se nos presentan algunos mareos, Pero los cambios no sólo son negativos pues también hemos obtenido pequeños y grandes logros: Somos más sabios, más prudentes, comprendemos mejor a los demás y, algo importante, hemos desarrollado un poco más el sentido del humor, indispensable en nuestra edad y bienestar espiritual.



Cambiar o aceptar los cambios no significa renunciar a lo bueno que hemos atesorado en la vida: ideas, sueños, hábitos, experiencias, tal como el cosmos y la naturaleza las ha ido guardando para regalárnosla.

Y ahí está el secreto de una buena vida para los seres de todas las edades, especialmente -creo yo- para los mayores: Saber regalar el tesoro de persona que somos sin desestimar los cambios profundos que se producen en nosotros, en nuestra cercanía y en la sociedad es, definitivamente, una hermosa forma de vivir bien. Ayer pasó raudamente. Aprovecha el día de hoy y regala el encanto de tu mirada, abraza con ganas y alegría, escucha a quien te habla de sus enfermedades y achaques pero tú háblale como al pasar de alguna tuya, ya que conviene más pensar en tu casa calentita en el frío invierno o abrir las ventanas al sol del verano. Pues sólo hoy vale, sólo hoy vales tú, tu familia y los demás.

Autor: Vicente Corrotea


viernes, 8 de enero de 2016

BIENVENIDOS A MI NUEVO BLOG

Hola, amigos: He comenzado este blog con muchas ilusiones y anhelos, teniendo la experiencia conseguida con otros dos blogs que me brindan mucha alegría. Uno es de poemas y el otro de relatos, cuentos y recuerdos. ¿Por qué este nuevo? Porque si bien es cierto que un blog es una carta abierta para todos, deseo, no obstante, que éste que comienzo posea una relación especial con aquellos que ya han cumplido unos cuantos años, como yo.

Pretendo dirigirme en una mejor dirección a los mayores en una relación de amistad sincera, es decir, trataré de no escribir sobre temas relacionados con enfermedades, crisis, situaciones legales, etc. de los cuales hay muy buenos blogs de los que puedo ir dando sus direcciones si lo desean. Sin embargo no se excluirá ningún tema si fuera necesario como tampoco en ningún caso a los jóvenes que quieran acercarse y exponer sus ideas.

Para alguien responsable de un blog es genial la participación del lector haciendo comentarios a las entradas que se publiquen. Eso, tú lo sabes, es lo que uno espera siempre. Naturalmente eso alienta a que -de vuelta- comente las entradas de tu blog.

Un abrazo de Vicente